Si bien las cuevas no tienen clima en el sentido tradicional, pueden experimentar condiciones ambientales que pueden afectar su clima y atmósfera. El clima dentro de las cuevas puede ser distinto del clima exterior debido a factores como la temperatura, la humedad, la circulación del aire y la disponibilidad de luz. Estos factores pueden afectar los ecosistemas de cuevas, las formaciones de cuevas (espeleotemas) y el uso humano de las cuevas.
Temperatura: Las cuevas suelen ser más frías que el ambiente exterior debido a su aislamiento de la luz solar y otros factores ambientales. La temperatura dentro de una cueva puede ser relativamente estable, con menos variaciones diurnas (diarias) y estacionales en comparación con la superficie. Las cuevas también pueden tener microclimas donde diferentes áreas dentro de la cueva pueden tener diferentes temperaturas dependiendo de factores como el flujo de aire, el calor geotérmico y el aislamiento.
Humedad: las cuevas pueden tener altos niveles de humedad debido a que la humedad se filtra en la cueva desde el ambiente exterior o desde fuentes de agua internas, como agua que gotea o corrientes subterráneas. La humedad dentro de las cuevas puede variar según la ubicación, la geología y el clima de la cueva.
Circulación de aire: el flujo de aire dentro de las cuevas puede verse influenciado por varios factores, como entradas, salidas y pasajes. El flujo de aire puede afectar el clima de la cueva, así como la distribución de los organismos que habitan en las cuevas y la formación de espeleotemas. Algunas cuevas pueden tener aire estancado, mientras que otras pueden tener un flujo de aire activo debido a las diferencias de presión, la convección o los efectos del viento.
Disponibilidad de luz: La disponibilidad de luz en las cuevas es generalmente baja, ya que las cuevas suelen ser entornos oscuros con penetración limitada o nula de la luz solar. La ausencia de luz solar afecta el ecosistema de la cueva, ya que los organismos que habitan en cuevas están adaptados para prosperar en condiciones de poca luz. También afecta la formación de espeleotemas, ya que se requiere la luz solar para el crecimiento de ciertas formaciones de cuevas, como las formadas por microorganismos fotosintéticos.
Vale la pena señalar que las cuevas pueden exhibir microclimas complejos y únicos que están influenciados por una variedad de factores, y el clima y la atmósfera específicos de una cueva pueden variar mucho según su ubicación, geología y otros factores ambientales. Los espeleólogos, que estudian las cuevas, a menudo monitorean y estudian estos microclimas de cuevas para comprender mejor el entorno de la cueva y sus características ecológicas, geológicas y climatológicas.